“Soy María Josefina Lance, tengo setenta y tres años, soy docente jubilada. Vivo en Tres Arroyos….. Mi historia con los cauquenes es de larga data”…

Soy María Josefina Lance, tengo setenta y tres años, soy docente jubilada. Vivo en Tres Arroyos, nací aquí, aunque en algunos momentos de mi vida, lo hice en otros lugares de nuestro país. Crecí en la zona rural, mi padre era un productor agropecuario enamorado de la naturaleza. Fue, para mis hermanos y para mí el primer maestro en eso de cuidar el ambiente, de observar la fauna y flora. Soy socia de Aves Argentinas y del COA de Tres Arroyos, TRES CAUQUENES.
“Mi historia con los cauquenes es de larga data. Cuando era jovencita en este distrito, se hablaba de “avutardas”, como plaga”…
Me gusta la fotografía, especialmente fotografiar aves, para eso uso, alternativamente, una Nikon Colpix P900 o una Nikon 5300 con un lente 150/500 o un 55/300. Prefiero la Colpix por su zoom, aunque reniego porque saca solo jpg y pierdo información. Desde 2016, año que me retiré de la enseñanza, he dedicado muchas horas a la fotografía, sobre todo, en la naturaleza.
Aproximadamente en 2008 en unas vacaciones, en Pehuenia, surgió la oportunidad de entrar a territorio de pueblos originarios, para visitar lagunas alto andinas. Ahí los vi, por primera vez de cerca y me enamore de ellos, me resultaron muy interesantes. Otras vacaciones, en Caviahue, Lago Agrio, salida para observar aves y allí estaban, con las camadas de polluelos desplazándose al fondo del humedal.
Mi historia con los cauquenes es de larga data. Cuando era jovencita en este distrito, se hablaba de “avutardas”, como plaga. Y si bien no llegaban al centro – norte del partido, donde vivíamos, en los lugares sociales en los que se encontraban los productores, se escuchaba la queja. Y después los modos salvajes de exterminarlos con una caza “deportiva” que italianos, estadounidenses y en menor medida otros europeos, pagaban muy bien.
Posteriormente, haciendo salidas con el COA, hemos visitado “El Tamarisco”, una explotación agropecuaria en el límite entre Tres Arroyos y San Cayetano, donde funciona el primer santuario natural de nuestra provincia, destinado a la protección del Cauquén Colorado. Allí tuve oportunidad de observar y fotografiar grandes bandadas. A partir de ese momento empecé a estar atenta, a partir de fines de abril, principios de mayo, a la llegada de los cauquenes. En 2019 y 2020 viaje sostenidamente a Bahía Blanca, el primer año una vez por semana, el segundo todos los días hábiles de fines de mayo hasta mediados de agosto. En esas oportunidades se los observaba en campos a ambos lados de RN3, sobre todo en rastrojos de girasoles o de maíz, entre la entrada a Aparicio y la entrada a “El Perdido”, y después de Dorrego, hasta el puente del arroyo Los Leones.
Si bien no necesité viajar tan frecuentemente a Bahía Blanca, lo hago con cierta regularidad y en 2021 observé menos ejemplares en las bandadas y en 2022 y 2023 una disminución notable. Me preguntaba donde andarían, ya que esta es su zona de invernada.
Este año, tuve tres oportunidades de observación fortuitas, no había salido en búsqueda de cauquenes:

El 11 de mayo, en oportunidad de actividades por el Gran día Mundial de las aves, al mediodía, en el camino rural de Balneario Reta a Claromecó, cerca de Claromecó, junto a una laguna, una bandada relativamente pequeña.
En el marco de una salida fotográfica siguiendo las líneas ferroviarias inactivas, puntualmente las estaciones Zubiaurre, Gil y Faro, entre las localidades de Oriente y Coronel Dorrego, volví a avistarlos. El 18 de mayo, siguiendo la traza de RP 72, que corre junto a las vías muertas, unos pocos kilómetros al sur de la RN3, se vieron grandes bandadas volando sobre estación Zubiaurre. En los campos a ambos lados del camino, en el trayecto Zubiaurre- Gil y Gil –Faro, siempre cerca de lagunas y preferentemente sobre rastrojos de girasol, había otras bandadas, numerosas, posadas. No era el propósito de la salida, (había varios fotógrafos a los que las aves interesan poco) así que no fue posible contarlos, sí eran grupos que superaban los cien individuos.

El 2 de junio, regresando de Bahía Blanca, a la altura de la Laguna de Calvo, unos cinco kilómetros al oeste de la rotonda de ingreso a Monte Hermoso, una bandada pequeña, como las que se ven en el sur.
Creo, es una hipótesis, que, el aumento de transito sobre RN3, ha hecho que se desplazaran hacia el mar, más cerca de la costa, en una zona con menos tránsito y más tranquila, menos ruidosa. Siempre, en rastrojos de girasol o en campos naturales, muchas veces, junto a los vacunos.